En la famosa galería de la capital se inauguró una nueva exposición de un artista contemporáneo. Hablan de su enorme potencial y gran talento. Tu galería es competidora y tienes dudas de que las obras del artista sean reales. Decidiste verlo en la galería y primero te presentaste a la exposición como visitante habitual al final del día, y luego te escondiste para poder quedarte después de que todos se hubieran ido y la galería cerrara. Cuando todo se calmó, saliste de tu escondite y comenzaste a estudiar uno de los cuadros. Resultó que pertenecía a un artista conocido, y no a aquel cuyas obras deberían estar aquí. Se trata de un fraude evidente y es necesario exponerlo. Pero primero debes salir tranquilamente de la galería.