El héroe es capaz de aferrarse a la superficie pedregosa con una goma especial que se pega y se estira. Todo está bien, pero tan pronto como el cubo aparece en el laberinto, se escuchó un silbido amenazador detrás de él. No verás al monstruo en sí mismo, pero puedes ver perfectamente las llamas naranjas, y eso es suficiente para incinerar nuestro saltador.