Algunos recuerdos de la infancia permanecen tan frescos para la vida como si fueran solo ayer. Sandra era una niña cuando sus padres la llevaron a Italia. No recordaba casi nada de ese viaje, excepto la magnífica puesta de sol que vio mientras estaba sentada en el porche con té. Han pasado casi veinte años y todo este tiempo la niña quería volver a ver esta puesta de sol. Su joven conoce el deseo de su amada, y después de casarse, decidió darle una sorpresa: una luna de miel en Italia, en el mismo lugar donde todavía era una niña. El esposo recién hecho le indicó que arreglara todo como estaba antes, debe encontrar la decoración del hogar necesaria en Italian Sunset.